Este fin de semana estuve en España, en mi pueblo natal, el sitio en que, en palabras de Mario Benedetti, quedó mi infancia y envejecen mis padres. Fue un viaje relámpago, me fui el sábado por la mañana y ya estaba de vuelta el lunes por la mañana, para ir a trabajar. Sin embargo, ¡estuvo genial!
Como dijo mi compañero de oficina un par de días antes, de vez en cuando hay que volver a los orígenes. Trabajar o estudiar en el extranjero está muy bien pero siempre hay que recordar quiénes somos y de dónde venimos. Hay que viajar al pueblo para recordar nuestra identidad, para reencontrarnos con nosotros mismos.
¿Cómo se pueden tener objetivos en la vidad sin saber quiénes somos en realidad, de dónde venimos? Podré estar muy lejos, pero nunca debo olvidar que Almansa será siempre mi casa y mis orígenes.
Espero que en el futuro pueda seguir yendo allí al menos tan a menudo como ahora.
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